Cuando me jubile, ¿cobraré más o menos de lo que he cotizado?
Un estudio indica que los actuales pensionistas cobran 1,28 euros por cada euro cotizado
¿Cuánto cotizamos a la Seguridad Social? ¿se corresponde lo cotizado con la pensión que se cobra luego? ¿cuál es el coste para el sistema? La respuesta académica es que sí, que en términos medios, los pensionistas españoles no solo cobran lo cotizado sino un poco más. Si bien, el sistema español es solidario, con lo que los trabajadores que han cotizado por bases altas, no cobran lo aportado y los que han cotizado pocos años y por bases bajas se llevan mucho más de lo que han contribuido.
Un estudio de las Universidades de Valencia y de Extremadura publicado por la consultora Edad y Vida y citado hoy por el director ejecutivo de Pensiones de BBVA, David Carrasco, asegura que antes de las reformas de pensiones de 2011 y 2013 cada pensionista cobraba en España entre 1,44 y 1,65 euros por cada euro cotizado en su vida. Mientras que tras las reformas, los pensionistas se seguirán llevando de media entre 1,28 y 1,46 euros por cada euro cotizado, dependiendo del impacto de los cambios normativos en la edad efectiva de jubilación.
Según Carrasco -que ha presentado hoy su informe Retos de las pensiones: sostenibilidad, suficiencia y transparencia en una jornada organizada por CFA Institute--, esta correlación entre lo cotizado y la pensión que se cobra una vez jubilado "debería tender al equilibrio". Esto se conseguiría en opinión del BBVA con un de cuentas nocionales, como el sueco.
Este modelo seguiría siendo de reparto --los trabajadores en activo pagan las cotizaciones de los jubilados-, pero cada trabajador tendría una cuenta individual virtual en la que se depositarían las cotizaciones durante toda la vida y llegado el momento de la jubilación el trabajador elegiría la edad a la que se retira y la pensión se fijaría repartiendo lo cotizado entre los años que previsiblemente va a vivir, según su esperanza de vida.
En este sistema, la suficiencia de las pensiones mínimas (aquellas de quienes no han cotizado lo suficiente para cobrar una pensión con la que poder vivir) se garantizará al igual que en el actual sistema español con complementos financiados con impuestos. Las pensiones en este modelo se actualizan cada año en la misma proporción que los salarios, y si estos bajan, las pensiones también.
Carrasco restó importancia al coste de transición a este modelo, al asegurar que en el momento en el que el actual sistema español tuviera en cuenta toda la vida laboral para calcular la pensión y aumentara notablemente su transparencia, "se convertiría de facto en un sistema de cuentas nocionales". Si bien consideró que el cambio a este sistema en España "no se prevé en el corto ni medio plazo".
Así, este responsable actuarial del BBVA apuntó que las autoridades y la sociedad españolas tienen tres retos por delante: hacer que el sistema de pensiones sea sostenible, pagando muchas más pensiones, mucha menos gente; que las pensiones sigan siendo suficientes para vivir y que el modelo sea notablemente más transparente, para que los futuros jubilados puedan tomar decisiones de ahorro si así lo estima oportuno.
El último informe de pensiones elaborado por la Comisión Europea en 2015, con los datos facilitados por los Gobiernos, apunta a que con la actual regulación de la Seguridad Social, los pensionistas españoles cobran un 82% de su último sueldo de media --lo que se conoce como tasa de reemplazo--. Pero el aumento del número de pensionistas y las mayores cuantías de sus pensiones obligarán a España a reducir esa tasa al 50% en 2060, con el consiguiente descenso de la cuantía de la pensión que esto supondrá.
Ante esta "explosión de la longevidad" combinada con una notable disminución de la tasa de fecundidad --en los años 70 las españolas tenían una media de tres hijos, frente al 1,7 de hoy-- y unas inciertas proyecciones migratorias ¿qué se puede hacer para mantener la sostenibilidad, la suficiencia y aumentar la transparencia del sistema?
De momento, las dos últimas reformas españolas de 2011 y 2013 se han concentrado en tomar medidas de ajuste de gasto para mejorar la sostenibilidad del sistema. En concreto, España ha aumentado la edad de jubilación; ha cambiado la revalorización de sus pensiones; ha introducido un factor de sostenibilidad ligado a la esperanza de vida que entrará en vigor el 1 de enero de 2019; y ha aumentado los años de cotización y los que se tienen en cuenta para calcular la pensión.
Ante esto, Carrasco ha puesto hoy sobre la mesa otras posibles medidas tomadas en países europeos para mejorar también la suficiencia, como el impulso a los sistemas complementarios de pensiones. U otras que lo harían más transparente como dar una mayor información sobre la futura pensión pública o directamente el cambio a un sistema de Contribución Definida Nocional (cuentas nocionales). Asimismo, existen otras medidas, en línea con las adoptadas en España, para mejorar la sostenibilidad como la vinculación de la edad de jubilación al aumento de la esperanza de vida o la revisión de las pensiones complementarias como la viudedad.
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